Fuente: Nayarit en linea
Jueves, 26 de Mayo de 2011 14:29 Antonio Tello
• Dramático testimonio: "Nos pegaron mucho, en el cuerpo, en la cara... con un palo nos daban en las nalgas"
Reporte Especial.- Tiene apenas 16 años, no puede caminar bien por la tortura sufrida, pero con frialdad relata a este reportero los tres días de cautiverio desde que el lunes fue levantado por un grupo de sicarios en una colonia popular de Tepic.
El muchacho admite que es drogadicto y por eso sus secuestradores se lo llevaron para interrogarlo. Querían saber quién le vendía la droga.
Otros cuatro jovenzuelos corrieron la misma suerte ese lunes y más tarde se los llevaron a un campamento por el poblado de Pantano Grande, muy cerca de H. Batallón de San Blas.
"Cuando llegamos ahí, nos juntaron y éramos 12 los secuestrados... nos pegaron mucho, en el cuerpo, en la cara... con un palo nos daban en las nalgas", relata el muchacho.
-- ¿Pensabas que ibas a morir?
-- Me dijeron varias veces que nos iban a quebrar…
-- ¿Les daban de comer?
-- Nomás nos daban agua una vez al día.
-- Me dijeron varias veces que nos iban a quebrar…
-- ¿Les daban de comer?
-- Nomás nos daban agua una vez al día.
Después de sacarles toda la información posible, los pistoleros cambiaron su actitud con algunos de los muchachos para convencerlos de que se unieran a ellos.
“Les vamos a pagar 20 mil pesos al mes”, les ofrecieron.
“Les vamos a pagar 20 mil pesos al mes”, les ofrecieron.
Al mediodía del miércoles, todos los sicarios salieron rápidamente del campamento y dejaron a uno cuidando a los jóvenes.
Un par de horas después, el pistolero vigilante recibió una orden por el radio: “mátalos”.
Uno a uno los fue acomodando en el suelo boca abajo. Todos temblaban pero ya nadie lloraba, finalmente el martirio iba terminar.
De repente comenzó el estruendo de ráfagas y explosiones de granadas. La batalla del crucero de Ruiz había comenzado.
“¡Pélate, pélate”! se escuchó en el radio.
Al verse liberados, los jóvenes en los primeros momentos no supieron qué hacer, pero luego corrieron a esconderse mientras el tiroteo terminaba.
6 de ellos fueron rescatados por la Policía Federal, militares y marinos.
De los otros seis se desconoce su paradero aunque se presume que por sus propios medios ya están con sus familias de poblados cercanos.
El joven que contó la historia al reportero, asegura --luego de ver las fotos-- que uno de los muertos de la carretera fue su compañero de cautiverio, pero ignora por qué estaba ahí.
-- ¿Vas a seguir drogándote?
-- No, ya no. Le doy gracias a Dios, ya me voy a portar bien.
-- No, ya no. Le doy gracias a Dios, ya me voy a portar bien.
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