Fuente: El Norte
Afirman que sicarios no son molestados debido a la corrupción de policías locales y falta de vigilancia
Henia Prado
Ciudad de México (10 abril 2011).- Todas las carreteras de Tamaulipas están bajo control del crimen organizado.
Ciudad de México (10 abril 2011).- Todas las carreteras de Tamaulipas están bajo control del crimen organizado.
Así, pidiendo no ser identificados, relataron que los sicarios interceptan vehículos particulares y autobuses de pasajeros para asaltar a sus ocupantes, plagiarlos y hasta para reclutarlos en sus bandas.
Gracias a la corrupción y a la ausencia de vigilancia, explicaron policías asignados durante más de un año en Tamaulipas, "la maña", como se le conoce a los integrantes del crimen organizado, instala falsos retenes y recorre las carreteras sin ser molestada.
Tras el hallazgo esta semana de los 72 cuerpos en el municipio de San Fernando, EL NORTE publicó que desde hace al menos un año, el crimen organizado ha sembrado el terror en las carreteras de ese municipio.
De acuerdo a denuncias interpuestas en otros Estados, como Guanajuato, Michoacán, Querétaro y San Luis Potosí, a su paso por Tamaulipas, al menos nueve autobuses han sido interceptados por comandos para plagiar a sus pasajeros con la intención de incorporarlos a sus filas.
No obstante, según relatos de los federales y de sobrevivientes de hechos similares ocurridos el año pasado, muchos de ellos parecen terminar en fosas clandestinas porque se han negado a colaborar con el narco.
Debido a esta situación de inseguridad, líneas de transporte de pasajeros, como Ómnibus de México, han decidido cancelar sus corridas cuyos camiones transitaban cerca de San Fernando, mientras que otras han recurrido a desviar sus rutas para no pasar cerca de ese municipio.
"La (Policía) municipal no tiene capacidad o están coludidos", enfatizó ayer un agente federal.
"El Ejército y la Marina (están en Tamaulipas), pero se concentran en las zonas urbanas y pocas veces salen a patrullar las carreteras.
"(Los narcos) utilizan las carreteras como quieren".
Los riesgos de los pasajeros, aseguraron, se potencializan en carreteras cercanas a la frontera, ya que el Cártel del Golfo y los Zetas disputan ahí una guerra por ser el paso hacia Estados Unidos.
"La vigilancia en las carreteras es prácticamente nula, no existe", señaló otro oficial.
"Nosotros, cuando estamos desplegados, hacemos puntos de control de tal lado a tal lado. Un día, dos, una semana.
"(Pero) de allí nos volvemos a concentrar en otro lado o tenemos patrullajes en la ciudad y ya no volvemos", explicó.
Aunque en Tamaulipas destacan algunas carreteras, como la 97, que va de Reynosa a San Fernando, y la 85, que cubre de Monterrey a Nuevo Laredo, los policías federales dijeron que los delincuentes tienen mayor presencia en las vías secundarias, ya que pasa desapercibida la presencia de los "halcones", que son sus informantes.
"La ventaja de los narcos sobre nosotros es que conocen el terreno, las brechas y lugares donde no nos internamos", detalló un policía federal con cuatro años de experiencia en la corporación.
"Se desaparecen por carretera y se van por otro lado".
Con la instalación de retenes, indicó, buscan reclutar a nuevos integrantes y, si algún pasajero desobedece o se muestra valiente, no dudan en dispararle, así como al resto de los acompañantes.
"A un compañero (que viajaba en autobús) lo pararon entrando a Reynosa en un retén", recordó.
"Había un encapuchado y uno sin capucha que les pidieron identificarse a los hombres.
"Los que llevaban identificación del Distrito Federal les preguntaban: '¿A qué vienes?, y les propinaban dos o tres cachetadones, y al final les advertían: 'Eres policía, pa' la otra te mato'.
"Son las revisiones de 'los mañosos'", explicó. "Si no conoces, puedes pensar que son policías, pero la gran mayoría no lo son".
Otro agente, que dejó Tamaulipas hace un mes, destacó cómo, ante el dominio del crimen organizado, hay oficiales que mantienen tratos económicos con los delincuentes.
"Llegan y nos dicen: 'Allí está lo tuyo. Si lo quieres recibir, y si no... tú cállate".
"La desventaja de los policías de Caminos es que siempre están en la misma plaza. ¿Qué hacen si no colaboras con ellos? Terminan matándolos.
"Nos dicen: 'Es que si no le entro... Yo aquí ya tengo familia, mi hijo en la escuela. Tengo vida'. Su vida (de los policías) es dejarlos pasar", admitió.
Gracias a la corrupción y a la ausencia de vigilancia, explicaron policías asignados durante más de un año en Tamaulipas, "la maña", como se le conoce a los integrantes del crimen organizado, instala falsos retenes y recorre las carreteras sin ser molestada.
Tras el hallazgo esta semana de los 72 cuerpos en el municipio de San Fernando, EL NORTE publicó que desde hace al menos un año, el crimen organizado ha sembrado el terror en las carreteras de ese municipio.
De acuerdo a denuncias interpuestas en otros Estados, como Guanajuato, Michoacán, Querétaro y San Luis Potosí, a su paso por Tamaulipas, al menos nueve autobuses han sido interceptados por comandos para plagiar a sus pasajeros con la intención de incorporarlos a sus filas.
No obstante, según relatos de los federales y de sobrevivientes de hechos similares ocurridos el año pasado, muchos de ellos parecen terminar en fosas clandestinas porque se han negado a colaborar con el narco.
Debido a esta situación de inseguridad, líneas de transporte de pasajeros, como Ómnibus de México, han decidido cancelar sus corridas cuyos camiones transitaban cerca de San Fernando, mientras que otras han recurrido a desviar sus rutas para no pasar cerca de ese municipio.
"La (Policía) municipal no tiene capacidad o están coludidos", enfatizó ayer un agente federal.
"El Ejército y la Marina (están en Tamaulipas), pero se concentran en las zonas urbanas y pocas veces salen a patrullar las carreteras.
"(Los narcos) utilizan las carreteras como quieren".
Los riesgos de los pasajeros, aseguraron, se potencializan en carreteras cercanas a la frontera, ya que el Cártel del Golfo y los Zetas disputan ahí una guerra por ser el paso hacia Estados Unidos.
"La vigilancia en las carreteras es prácticamente nula, no existe", señaló otro oficial.
"Nosotros, cuando estamos desplegados, hacemos puntos de control de tal lado a tal lado. Un día, dos, una semana.
"(Pero) de allí nos volvemos a concentrar en otro lado o tenemos patrullajes en la ciudad y ya no volvemos", explicó.
Aunque en Tamaulipas destacan algunas carreteras, como la 97, que va de Reynosa a San Fernando, y la 85, que cubre de Monterrey a Nuevo Laredo, los policías federales dijeron que los delincuentes tienen mayor presencia en las vías secundarias, ya que pasa desapercibida la presencia de los "halcones", que son sus informantes.
"La ventaja de los narcos sobre nosotros es que conocen el terreno, las brechas y lugares donde no nos internamos", detalló un policía federal con cuatro años de experiencia en la corporación.
"Se desaparecen por carretera y se van por otro lado".
Con la instalación de retenes, indicó, buscan reclutar a nuevos integrantes y, si algún pasajero desobedece o se muestra valiente, no dudan en dispararle, así como al resto de los acompañantes.
"A un compañero (que viajaba en autobús) lo pararon entrando a Reynosa en un retén", recordó.
"Había un encapuchado y uno sin capucha que les pidieron identificarse a los hombres.
"Los que llevaban identificación del Distrito Federal les preguntaban: '¿A qué vienes?, y les propinaban dos o tres cachetadones, y al final les advertían: 'Eres policía, pa' la otra te mato'.
"Son las revisiones de 'los mañosos'", explicó. "Si no conoces, puedes pensar que son policías, pero la gran mayoría no lo son".
Otro agente, que dejó Tamaulipas hace un mes, destacó cómo, ante el dominio del crimen organizado, hay oficiales que mantienen tratos económicos con los delincuentes.
"Llegan y nos dicen: 'Allí está lo tuyo. Si lo quieres recibir, y si no... tú cállate".
"La desventaja de los policías de Caminos es que siempre están en la misma plaza. ¿Qué hacen si no colaboras con ellos? Terminan matándolos.
"Nos dicen: 'Es que si no le entro... Yo aquí ya tengo familia, mi hijo en la escuela. Tengo vida'. Su vida (de los policías) es dejarlos pasar", admitió.
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