“El crimen organizado no es un enemigo invencible”

Fuente: El Universal

En los últimos meses, Julián Leyzaola Pérez fue denunciado ante organismos internacionales por torturar a detenidos, principalmente ex policías. Al mismo tiempo recibió una decena de galardones por su labor, ya que se le atribuye haber prácticamente acabado con la ola violenta que asoló la ciudad entre 2008 y 2009

Domingo 10 de octubre de 2010Julieta Martínez/ Corresponsal | El Universalestados@eluniversal.com.mx

VALOR. Como director de la Policía Municipal y luego como secretario de Seguridad Pública en Tijuana, Julián Leyzaola Pérez ha recibido reconocimientos por su desempeño en la gestión del panista Jorge Ramos, que inició el 1 de diciembre de 2007 (Foto: JULIETA MARTÍNEZ EL UNIVERSAL )

Julián Leyzaola Pérez, militar retirado con grado de teniente coronel, es el secretario de Seguridad Pública de Tijuana que más reacciones ha provocado entre la población por sus métodos para combatir la delincuencia en esta frontera con Estados Unidos.

En los últimos meses fue denunciado ante organismos internacionales por torturar a detenidos, principalmente ex policías. Al mismo tiempo recibió una decena de galardones por su labor, ya que se le atribuye haber prácticamente acabado con la ola violenta que asoló la ciudad entre 2008 y 2009.

Los reconocimientos llegaron de agrupaciones civiles y empresariales locales al igual que de autoridades estadounidenses, como el Buró Federal de Investigaciones (FBI), la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE).

En su reciente visita a Baja California, el presidente Felipe Calderón refirió que la sociedad de Tijuana ya no es presa del terror ni centra en la criminalidad sus actividades, ahora “es una sociedad movida por la esperanza y centrada en la búsqueda de competividad como región”. A diferencia de Ciudad Juárez, dijo que ha logrado contrarrestar los efectos de la delincuencia organizada.

A menos de dos meses de que finalice la administración del alcalde panista Jorge Ramos Hernández no se ha decidido la permanencia de Leyzaola, quien admite que su proyecto de seguridad se encuentra a medias, pues requería seis años para concluirlo.

Reconoce que lo polémico de su personalidad es resultado de su forma de trabajar. En entrevista con EL UNIVERSAL, menciona que él no es un funcionario de escritorio. Viste uniforme y participa en operativos, para poner el ejemplo y verificar la actuación de todos sus subordinados.

Durante su periodo promovió la depuración de las filas al dar de baja, con el apoyo del Ejército, a unos 600 agentes, inició el programa de certificación internacional de la corporación, y ahora afirma que la Policía Municipal alcanzó un 95% de confiabilidad.

Hace 50 años nació en Sinaloa, pero su familia es originaria de Baja California, donde ha sido director del Sistema Estatal Penitenciario y de la Policía Estatal Preventiva. Al principio de la actual administración fue director de la Policía Municipal.

¿Cómo encontró Tijuana a su llegada en diciembre de 2007?

Era un desastre, estaba desolada, en caos, con una población incrédula y una parte de la Policía Municipal involucrada en el narcotráfico, porque si no tenía nexos, la mataban; si la corrupción era institucional, mejor se quedaban callados. Los negocios estaban cerrados y los empresarios huían de la ciudad.

¿Cómo se encuentra actualmente?

Ha mejorado mucho. Se ha recobrado la confianza en la policía y creo que mucha de la gente que había huido ha comenzado a regresar y se ha estimulado el turismo, la industria y hay más empleo, porque la seguridad es como lluvia en tierra árida. Cuando la tierra es árida, hasta la mejor planta sembrada se va a secar.

¿Está de acuerdo con la versión de que si no continúa en el mando la violencia en Tijuana se va a disparar como en otras ciudades fronterizas?

No creo, porque hay una sociedad más exigente, empresarios y medios de comunicación que ya probaron que sí se puede, que el crimen organizado no es un enemigo invencible. Además la seguridad pública no es decisión de una sola persona.

¿Ganó aprecios y enemistades durante su gestión?

Es una situación muy polémica y controversial. Cuando se decide uno a empeñar todo el esfuerzo en un objetivo, definitivamente crea simpatías y enemigos y gané muchos enemigos, algunos muy fuertes entre la delincuencia que siempre han estado pero que se enconaron más porque los vulneramos y es un asunto que no perdonan.

¿Sintió temor en alguna ocasión?

Sí, claro que sí. Hubo un momento en abril-mayo de 2008 cuando creí que no terminaría ese año, de veras lo creí. Dormía en el piso, abajo de la ventana y me despertaba a cada momento porque las amenazas en abril eran muy directas y claro que llegué a pensar que en algún momento me podían matar. Creo que el temor es parte de la conciencia humana, de la levedad del ser.

¿Cómo descarga las tensiones y presiones propias del cargo?

Todos los días me levanto a las 6:30 de la mañana y corro una hora mínimo. Ahí creo que desfogo toda la carga de preocupaciones. El sábado juego hasta tres horas de frontón o de basquetbol, y me ayuda como una olla de presión. Cuando estoy solo en mi casa juego guitar hero durante horas. Aparte casi siempre estoy escuchando de toda música y soy muy asiduo a la lectura, más de historia y de novela.

¿Qué lo conmueve?

Me conmueve acordarme de los policías caídos en cumplimiento de su deber, idealistas que siguieron en la lucha a pesar de los riesgos y su familia. Son las dos cosas que me pegan, que me afectan, la parte sensible.