Fuente: Zeta Tijuana
Autoridades no actúan para sancionar robos y venta ilegales.
Comercios, “mofleros” y “yonkeros”, compran los catalizadores de los vehículos entre 10 y 95 dólares cada uno. Mayormente éstos son robados a automovilistas, y el uso final que se les da, es como herramienta para la elaboración de droga. Además, dentistas y joyeros también utilizan distintas partes del aparato.
Francisco Sandoval Alarcón.
Robar el catalizador de un carro es relativamente sencillo. Sólo es cuestión de meter la mano por debajo del vehículo y cortarlo con una segueta. En Tijuana y Mexicali es un secreto a voces que las autoridades policíacas dicen desconocer: Los catalizadores son robados para elaborar “cristal”, una de las drogas sintéticas más consumidas en el estado.
Un estudio elaborado por la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de las Drogas (CICAD), reconoce que los catalizadores son utilizados para la fabricación de drogas a base de meta anfetaminas. Su función: Darle mayor cohesión a este tipo de sustancias consumidas por jóvenes, adultos y niños.
Alejandro, automovilista tijuanense, fue víctima de este delito. En un abrir y cerrar de ojos le quitaron el catalizador de su automóvil cuando lo dejó estacionado a pocos metros de su lugar de trabajo.
“Me avisaron que alguien estaba debajo de mi carro y salí a ver. Al principio pensé que no había pasado nada pero me di cuenta que al encender el motor del carro se escuchaba como una motocicleta. Todo pasó en menos de cinco minutos”, recordó.
El robo de catalizadores es un negocio redituable y sin riesgos. Además que el delito no es investigado, con el argumento de que sólo se denuncian dos casos al mes, se obtienen jugosas ganancias por la venta de estos artefactos.
En la colonia Maestros Federales de Mexicali opera una empresa de reciclaje dedicada a la compra de catalizadores. Según el modelo y el tamaño llegan a pagar hasta 100 dólares por pieza.
Más: Hay quienes venden seis catalizadores en un sólo viaje y los encargados no les piden ninguna referencia para conocer la procedencia. La autoridad ni se entera. Nadie vigila o regula la compra venta de catalizadores a pesar de ser una herramienta para la producción de “crystal”.
José Guillermo Rodríguez, coordinador de Postgrado de la Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniera de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), comentó que los componentes internos del catalizador de carro, como son platino, paladio y rodio, pueden funcionar como aceleradores de cualquier sustancia química.
El académico universitario no descartó que se esté utilizando este tipo de sustancias para elaborar drogas sintéticas como el crystal.
Y explicó: “En lugar de que se tarden cinco horas para elaborar la droga se pueden tardar media. Exactamente cómo lo hacen lo desconozco, pero es obvio que si pulverizan la piedra de estos catalizadores pueden acelerar el proceso”, dijo.
De esta manera, importadores de autos, mofleros, mecánicos y “yarderos”, hacen su agosto con la ignorancia de sus clientes. Argumentan que los catalizadores le restan potencia a los vehículos y con el consentimiento de los incautos automovilistas los retiran “gratis”.
Todo esto sucede ante la complacencia de autoridades policíacas, quienes a pesar de tener identificados los puntos donde se realiza esta lucrativa actividad, no hacen algo para frenar el delito y minimizan el problema con el argumento de que ante el Ministerio Público se reciben pocas denuncias.
Secreto a voces
De acuerdo con un estudio de la CICAD, los fabricantes de drogas en países latinoamericanos, utilizan los catalizadores para fabricar las llamadas sustancias psicotrópicas.
Según la investigación de 50 cuartillas, la amplia disponibilidad de los precursores y químicos esenciales para la elaboración de sustancias prohibidas y el hecho de que se trafiquen libremente por los canales comerciales internacionales, ha provocado la proliferación de las drogas.
Además señalan que el tráfico y el uso indebido de estupefacientes es uno de los mayores problemas que en la actualidad afectan a los países del continente Americano.
“Con excepción de la marihuana, ninguna de las otras drogas pueden producirse sin la ayuda de sustancias químicas; dichas sustancias en la mayoría de los casos tienen usos legítimos e industriales, lo cual permiten que puedan ser adquiridas en el mercado, libremente”.
Es necesario hacer referencia a dos tipos de químicos utilizados para la elaboración de estupefacientes y sustancias psicotrópica:
Uno de ellos es el “precursor químico”, que se define como una sustancia que puede utilizarse en la producción, fabricación o preparación de estupefacientes, sustancias psicotrópicas o sustancias de efecto semejante y que incorpora su estructura molecular al producto final, resultando fundamentales para dichos procesos.
Mientras que el otro tipo, es el “químico específico”, que se define como una sustancia no precursor químico, como son: Solventes, reactivos y catalizadores, pueden ser utilizados en la producción de sustancias ilícitas.
Ante la expansión de este tipo de precursores y químicos, la CICAD recomienda la implementación de “mecanismos legales que permitan el suministro ininterrumpido de estos químicos a las empresas que tienen necesidad legítima de ellos, pero que a su vez impida que terminen en poder de los productores de droga”.
Grave problema
Según mecánicos y especialistas, los catalizadores tienen como misión disminuir los índices contaminantes de los vehículos automotores. “Se trata de un dispositivo instalado en el tubo de escape, cerca del motor, donde los gases mantienen una temperatura elevada”.
En su interior dichas piezas contienen un soporte cerámico o monolito de forma cilíndrica y la superficie está hecha con elementos como el Platino y el Paladio.
Mientras el soporte cerámico es utilizado por joyeros en trabajos de porcelana; el platino es usado por dentistas en la elaboración de amalgamas. Este metal, incluso, ha llegado a cotizarse en mil 90 dólares la onza en el mercado internacional.
Manuel Zamora Moreno, Director de Ecología del municipio de Mexicali, reconoció que existe un “grave problema” relacionado con el robo de catalizadores.
Explicó:
“Tengo información de que se los están robando para extraer algunas sustancias que utilizan los dentistas en la elaboración de las amalgamas, además de que algunos joyeros lo usan en sus trabajos de porcelana”.
Dijo que aun cuando se tiene detectada la situación, no existe información por parte de las autoridades policíacas.
El funcionario es de la idea de que debe existir mejor coordinación para combatir este delito, pues existe una propuesta a nivel municipal para poner en marcha un programa de verificación vehicular y el catalizador juega un papel importante al momento de una revisión mecánica.
“Este mecanismo ayuda a disminuir los contaminantes y al momento de aplicarse la verificación los automovilistas van a tener que comprarlo o de lo contrario no se les aplicará el chequeo”.
Carlos Coronado, Comandante de la Policía Municipal de Mexicali, sostuvo que el robo de catalizadores es una nueva modalidad delictiva que hasta el momento no ha sido reportada por las autoridades de esta localidad.
“Lo que pasa es que a la gente le roban sus catalizadores y en muchas ocasiones no se dan cuenta de que se lo robaron y no reportan el delito. Si hay uno o dos reportes al mes es mucho”.
Y señaló:
“Es muy sencillo que se roben este tipo de aparatos. Los delincuentes se meten por debajo de los carros y con una segueta quitan los catalizadores”. Aseguró que es en estacionamientos de hospitales y plazas públicas donde se está presentando el problema, pues en esos lugares han detenido a personas dedicadas a este ilícito.
“Lamentablemente cuando se detiene a los ladrones el Ministerio Público los deja libres porque no hay parte acusadora. Estas personas salen y regresan a lo mismo”.
— ¿Qué dicen los detenidos? ¿Para qué los utilizan?
“Se supone que los compran las yardas porque sale una piedra que utilizan en la porcelana y en la joyería, eso es lo que nosotros tenemos reportado”.
— ¿Por qué no ponerle un alto a los “yarderos”?
“El problema es que no hay una regulación para ponerles orden. Compran este tipo de piezas sin ningún tipo de comprobantes”.
— ¿Tienen ubicados los centros de acopio?
“No los tenemos ubicados. Sabemos que hay uno en la colonia Maestros Federales a un costado de la colonia Carvajal y sabemos que pagan muy bien por este tipo de artefactos”.
Aurelio Paz, Comandante de la Policía Municipal de Tijuana, comentó que hasta el momento no han detectado esta modalidad de robo, pero reconoció que existen personas que han sido detenidas en el primer cuadro de la ciudad por sustraer estas piezas.
Se solicitó información a la Procuraduría General de Justicia del Estado sobre las estadísticas relacionadas con el robo de catalizadores en Tijuana y a través de su departamento de comunicación respondieron:
“Se registran entre dos y tres denuncias. No es un delito grave”.
Altamente redituable.
En el número 762 de la avenida Agustín Olachea, en la colonia Maestros Federales de Mexicali, entre las calles Alfonso González y 5 de Febrero, se encuentra un negocio dedicado a la compraventa de catalizadores.
“Catalizadores Servando”, indica un anuncio colocado frente al establecimiento localizado a menos de 10 metros de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).
“Pagamos de 10 a 95 dólares por catalizador dependiendo del tamaño y el modelo”, respondió a ZETA la mujer encargada de atender el local.
--¿Para qué los compran?
“Para venderlos”.
--¿Y ustedes a quién se los venden?
“A unas personas”.
--¿Y estas personas, para qué los quieren?
“Lo único que te puedo decir es que esto es un negocio y nosotros los vendemos. Desconozco para qué los usan”, respondió a regañadientes la joven mujer.
El negocio es altamente redituable. En un lapso de 10 minutos siete personas, entre ellos tres mujeres, arribaron al lugar para vender los catalizadores. Algunos llevaban hasta seis piezas en la cajuela de su auto y a todos se le pagó en efectivo, corroboró ZETA.
A pesar de que en la entrada del lugar se observa un pequeño letrero de papel que señala que no se reciben los catalizadores sin los documentos que comprueben su procedencia, en ninguno de los casos se solicitó el comprobante.
En cuestión de segundos y con aire de familiaridad la mujer despachó a los clientes, mientras otros seguían arribando para vender más catalizadores.
En este lugar no hay policías. Ningún representante municipal, estatal o federal regula esta actividad. Es más ni se paran por ahí.
Para colmo, el negocio se localiza a un costado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y aun cuando se trata de auto-partes que ayudan a disminuir los índices contaminantes, los funcionarios de la dependencia tampoco supervisan el lugar.
El robo de catalizadores es pues un problema que se agrava ante la indiferencia de autoridades de los tres órdenes de gobierno, quienes se hacen de la vista gorda al no investigar los delitos y al no regular los establecimientos dedicados a la lucrativa actividad.
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