Fuente: Cronica
Daniel Blancas Madrigal
Domingo 7 de Nov., 2010 | Hora de creación: 02:18| Ultima modificación: 02:35
Enfrentamiento. Camioneta del convoy donde viajaban los sicarios de
Ezequiel Cárdenas, Tony Tormenta, durante las balaceras del viernes en Matamoros. Foto: AP
Ezequiel Cárdenas Guillén, líder del Cártel del Golfo abatido el viernes por marinos, recibía protección de policías federales, ministeriales, estatales y municipales, de acuerdo con informes militares.
Por este cerco de defensa, durante los más de seis meses que duró el trabajo de investigación e inteligencia para ubicarlo, la Secretaría de Marina resguardó la información disponible y evitó compartirla con el resto de las instancias de seguridad pública y procuración de justicia de los tres órdenes de gobierno.
El viernes, día del operativo que derivó en la muerte de quien es conocido como Tony Tormenta, sólo se compartieron datos con el primer nivel de mando de la Secretaría de la Defensa Nacional.
La estrategia de desplegar a 660 marinos en la zona central de Matamoros, así como 3 helicópteros y 17 vehículos, sirvió para cercar al capo y a su comitiva de escoltas, pero también para contener el posible auxilio de células policiacas.
De hecho, como refuerzo al primer círculo de acción conformado por 150 elementos navales, sólo se permitió la intervención de efectivos de Fuerzas Especiales de la Sedena.
Aunque se ha conocido de siempre la "compra" de policías por parte del Cártel del Golfo, fue a partir de agosto de 2007, con la detención de Juan Carlos de la Cruz Reyna, alías El JC, un ex agente de la Policía Ministerial de Tamaulipas después convertido en jefe de plaza para el trasiego de droga de la organización, que se reveló con mayor nitidez la red de protección policiaca a favor del hermano de Osiel Cárdenas y de Eduardo Costilla, El Coss.
De entonces a la fecha, al menos 50 policías federales han sido detenidos por complicidad con el grupo criminal, entre comandantes, capitanes, inspectores, oficiales, suboficiales y otros mandos medios.
Tras el hallazgo de libretas, narcolistas y otros documentos, en diversas acciones militares, se han encontrado nombres, claves y apodos de funcionarios y policías aliados, principalmente de la Coordinación de Seguridad Regional.
Uno de los prófugos es un ex comandante de la PF identificado como Soriano.
En septiembre de 2009, elementos de la propia corporación entregaron a la SIEDO al federal Juan Manuel Hernández Palafox —hoy preso en el penal de Matamoros—, quien también develó un registro de funcionarios públicos federales, estatales y municipales que proporcionaban apoyo al cártel.
Apenas en septiembre de este año, la SSP-f dio a conocer la detención de Pedro Hernández Quiroga, alias El Polaris o El Cachas de Oro, jefe de grupo de la policía ministerial de Tamaulipas y quien realizaba funciones informativas y de vigilancia al servicio del "Golfo".
Se le aseguraron tres equipos de cómputo, con software para labores de espionaje, además de distintas bases de datos con sobrenombres de policías protectores, no sólo en el estado, sino en otras 30 entidades del país.
Se trata de una investigación que aún sigue en proceso en la PGR y la cual consideró la Semar para retener todos los datos de su labor en medio año y de la operación que derivó en la muerte de Tony Tormenta.
Por este cerco de defensa, durante los más de seis meses que duró el trabajo de investigación e inteligencia para ubicarlo, la Secretaría de Marina resguardó la información disponible y evitó compartirla con el resto de las instancias de seguridad pública y procuración de justicia de los tres órdenes de gobierno.
El viernes, día del operativo que derivó en la muerte de quien es conocido como Tony Tormenta, sólo se compartieron datos con el primer nivel de mando de la Secretaría de la Defensa Nacional.
La estrategia de desplegar a 660 marinos en la zona central de Matamoros, así como 3 helicópteros y 17 vehículos, sirvió para cercar al capo y a su comitiva de escoltas, pero también para contener el posible auxilio de células policiacas.
De hecho, como refuerzo al primer círculo de acción conformado por 150 elementos navales, sólo se permitió la intervención de efectivos de Fuerzas Especiales de la Sedena.
Aunque se ha conocido de siempre la "compra" de policías por parte del Cártel del Golfo, fue a partir de agosto de 2007, con la detención de Juan Carlos de la Cruz Reyna, alías El JC, un ex agente de la Policía Ministerial de Tamaulipas después convertido en jefe de plaza para el trasiego de droga de la organización, que se reveló con mayor nitidez la red de protección policiaca a favor del hermano de Osiel Cárdenas y de Eduardo Costilla, El Coss.
De entonces a la fecha, al menos 50 policías federales han sido detenidos por complicidad con el grupo criminal, entre comandantes, capitanes, inspectores, oficiales, suboficiales y otros mandos medios.
Tras el hallazgo de libretas, narcolistas y otros documentos, en diversas acciones militares, se han encontrado nombres, claves y apodos de funcionarios y policías aliados, principalmente de la Coordinación de Seguridad Regional.
Uno de los prófugos es un ex comandante de la PF identificado como Soriano.
En septiembre de 2009, elementos de la propia corporación entregaron a la SIEDO al federal Juan Manuel Hernández Palafox —hoy preso en el penal de Matamoros—, quien también develó un registro de funcionarios públicos federales, estatales y municipales que proporcionaban apoyo al cártel.
Apenas en septiembre de este año, la SSP-f dio a conocer la detención de Pedro Hernández Quiroga, alias El Polaris o El Cachas de Oro, jefe de grupo de la policía ministerial de Tamaulipas y quien realizaba funciones informativas y de vigilancia al servicio del "Golfo".
Se le aseguraron tres equipos de cómputo, con software para labores de espionaje, además de distintas bases de datos con sobrenombres de policías protectores, no sólo en el estado, sino en otras 30 entidades del país.
Se trata de una investigación que aún sigue en proceso en la PGR y la cual consideró la Semar para retener todos los datos de su labor en medio año y de la operación que derivó en la muerte de Tony Tormenta.
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