fuente: milenio.com
http://impreso.milenio.com/node/8733444
Un ejemplo de la cultura de la violencia..
Masacre en Azteca Novelas
¿Qué está pasando con las telenovelas de Azteca Novelas? El final de “Pasión Morena” fue como balacera en Reynosa, el desenlace de “Mujer comprada” como homicidio en Ciudad Juárez y “La loba”, que apenas se acaba de estrenar, ya se convirtió en una apología del secuestro en el D.F.
No, pero el colmo fue lo que vi el miércoles pasado en “Vidas robadas”.
Mire, cuando comenzó este proyecto yo me puse muy contento por Christian Bach, por Armando Manzanero y porque hace mucho que no veía una telenovela de protagonista negativa.
Pero una cosa es una telenovela de protagonista negativa y otra, jugar a la masacre.
¿Sabe qué fue lo que hizo el personaje de María Julia (Christian Bach) la noche del 10 de marzo?
Sacó a una pobre india maya de su choza con lujo de violencia, la tuvo amarrada hasta que le dijo lo que quería saber y la ahorcó de un árbol.
Dicho en otras palabras: la secuestró, la torturó y la ejecutó exactamente de la misma manera como el crimen organizado secuestra, tortura y ejecuta a sus víctimas. Nomás faltó que le cortara la cabeza.
No, pero espérese, la cosa no acaba aquí. En ese mismo episodio, María Julia, que ya había accedido a ocultar un asesinato a cambio de dinero, llevó a dos periodistas al fondo de su negocio (una funeraria) y les metió un susto.
Ellos querían que su público se enterara de las monstruosidades que esta señora estaba haciendo y ella los amenazó de muerte.
¿Le suena conocida esta historia? ¡Pues claro! Es lo que cientos de periodistas están padeciendo en nuestro país sólo que medio disfrazado con un rollo de chantaje para hacerlo menos evidente.
A ver, ¿de qué se trata? ¿El crimen organizado tiene secuestrada a Azteca Novelas y la está obligando a hacerle promoción a través de sus telenovelas?
¿Es una campaña a favor del delito? ¿Es una estrategia para que la gente viva eternamente asustada?
¿Ahora las telenovelas son como narco-corridos y uno les tiene que buscar mensajes ocultos para ver a quién le están haciendo el homenaje?
Sea lo que sea, no suena nada divertido. Si de algo estamos hartos los mexicanos es del terror, de las ejecuciones, de los secuestros, de los balazos.
¿A quién se le ocurre trasladar eso de los noticiarios a las telenovelas?
El público tendría que estar verdaderamente dañado para experimentar el horror que experimenta todos los días, en todas partes de México, llegar a su casa y divertirse mirando una ejecución.
Esto es súper delicado porque, una vez, pasa. A lo mejor fue la crisis creativa de algún escritor que estaba trabajando bajo presión o el arrebato de algún productor que quería jugar a los efectos especiales.
Pero cuando pasa una, otra y otra vez, ya se convierte en una cuestión sistemática, en un mensaje que se le está mandando a la sociedad.
No olvidemos que las telenovelas son, por definición, productos didácticos, sensibilizan al televidente. ¿Azteca Novelas nos quiere sensibilizar hacia el crimen? ¿Quiere que nos acostumbremos a la sangre?
Ni a usted ni a mí nos interesa si la violencia está de moda en otros países o si, ante el giro cómico, teibolero, musical que están tomando las telenovelas de Televisa, ésta sea la mejor manera que estos señores encontraron para competir.
Hay cosas que por el más elemental respeto no se hacen, y que no nos salgan con el cuento de que ya habíamos visto terror, asesinatos y secuestros en otros melodramas seriados.
Esto es más viejo que “El maleficio” (1983), “Cuna de lobos” (1986) y “De frente al sol” (1992) sólo que el México de 2010 es muy diferente al de aquellos años en que la gente podía salir a la calle sin el temor de que le fueran a hacer algo.
Además, los mega-villanos de aquellas producciones mataban y secuestraban bajo un esquema diferente.
Yo, hasta el día de ayer, seguía sin entender las motivaciones de María Julia en “Vidas robadas”.
¿Por qué esa señora separó a unas gemelas al nacer? ¿Por qué se quedó con una? ¿Por qué cuando supo que la otra sobrevivió no hizo nada ni por recuperarla ni por acabar con ella?
¿Por qué se enojó tanto cuando supo que su hijastro había embarazado a una sirvienta si ni siquiera lo quería?
¿De dónde sacó tanta fuerza como para empujar a un adolescente y lanzarlo por encima de un barandal?
¿Por qué esta fulana mata con tanta facilidad? ¿Así de fácil se secuestra, se tortura y se mata a alguien en México?
¿Por qué si María Julia es tan ardiente y sigue casada con ese anciano? A su edad, con su astucia y con su figura, ya podría ir en su noveno matrimonio por interés.
Y lo más ilógico de todo: ¿por qué el marido, si sabe la clase de fichita que es su mujer, no se ha divorciado de ella?
En fin, “Vidas robadas” todavía no cumple una semana al aire y ya es un problema. Me temo que si no se le hacen ajustes, sólo a los capos del crimen organizado les va a gustar. ¿A poco no?
¿A quién se le ocurre trasladar los noticiarios | a las telenovelas?
acueva@milenio.com
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