Arturo Rodríguez García
La violencia desatada en el área metropolitana de Monterrey en una semana –que incluyó ataques con granadas, decenas de bloqueos viales y ejecución de varias personas, entre ellas el alcalde panista de Santiago-- no es nada nuevo, pues ha dejado ya elevados saldos sangrientos durante la administración calderonista; pero ahora, al parecer, los cárteles de la droga han decidido hacer allí más claras advertencias a los “guerreros” del régimen.
MONTERREY, NL., 21 de agosto (Proceso).- En sólo cinco días, esta región vivió la toma de medio centenar de vialidades, ataques con granadas a comercios y gasolineras, un atentado contra Televisa Monterrey, aparición de ejecutados y decapitados, liquidación en tiroteos de cabecillas locales y el asesinato del alcalde de Santiago, Edelmiro Cavazos Leal.
Del 13 al 17 de agosto, los grupos delictivos que se disputan la entidad, el cártel del Golfo y Los Zetas,dieron nuevos pasos en la realización de acciones con mayor contenido simbólico, como el bloqueo vial frente a edificios policiacos y el homicidio del presidente municipal, cuyo cuerpo fue abandonado a unos metros de la cascada Cola de Caballo --sitio emblemático de la entidad--, envuelto en una bandera del PAN, de acuerdo con una versión extraoficial.
El bloqueo efectuado el domingo 15 de agosto ocupó las vialidades que se hallan justo frente a los edificios de seguridad pública estatal y municipal de Monterrey, la alcaldía regiomontana y el Centro de Coordinación Integral, Comunicación, Control, Comando y Cómputo (C-5), sede de los servicios de inteligencia policiacos locales.
La prensa internacional destacó lo ocurrido. Entre otros, el diario español El País publicó el 17 de agosto una nota con el encabezado: El narcotráfico cerca Monterrey, la capital financiera de México, y el día 19 The Wall Street Journal tituló México bajo asedio una nota donde califica la violencia en Monterrey como “un aterrador maleficio” para sus habitantes.
Sólo entonces llegó el secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora, a apuntalar, con discursos y promesas, al gobernador priista Rodrigo Medina de la Cruz, en un contexto donde hasta el dirigente panista César Nava se mostró conciliador con el mandatario, quien suele ser recibido con abucheos en sus apariciones públicas.
Mientras ellos deploraban el asesinato de Cavazos Leal, otros actores políticos y líderes empresariales pedían mayor presencia castrense e insistían en militarizar el área. Inclusive, Medina de la Cruz y Blake acordaron colocar grúas permanentes en diversos puntos de la ciudad y que cuerpos militares capaciten a los policías.
Extracto del reportaje que se publica en la edición 1764 de la revista Proceso, ya en circulación.
http://impreso.milenio.com/node/8820793
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ResponderEliminarY sigue la mata dando, D: pobres monterrellenos...
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