jueves, 3 de junio de 2010

NAYARIT: Entregando la plaza


MIÉRCOLES, 02 DE JUNIO DE 2010 19:00 LUIS ALBERTO ALCARAZ
Es triste el escenario, pero es la realidad: nada se hará ante la barbarie desatada por los narcotraficantes en las calles de Tepic. Nadie. Pareciera que existe un acuerdo tácito para cederles el territorio principalmente por las noches, para que apliquen sus vendettas, para que sean los dueños de la calle
EL DOLOROSO OLVIDO. De acuerdo a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es facultad del Estado velar por la seguridad de sus ciudadanos, pero ese Estado representado por el gobierno ha sido incapaz de cumplir con su obligación.
La forma sanguinaria en que los grupos criminales se pasean por las avenidas de Tepic disparando ráfagas de fusiles de alto poder es una demostración contundente del fracaso del gobierno por garantizar el imperio de la ley. En algunos estados como Chihuahua, Michoacán y Nuevo León el gobierno federal ha instrumentado el llamado Operativo México para tratar de mantener a raya al crimen organizado, pero las estadísticas establecen de manera contundente que la batalla está siendo perdida, porque en ciudades como Ciudad Juárez la presencia de miles de soldados y policías federales no ha servido para acabar con la violencia, por el contrario, una parte de esa violencia es atribuida a los propios grupos policíacos que en su afán por combatir a los delincuentes a menudo incurren en abusos de autoridad y violación a los derechos humanos.
LA RETIRADA. Todos los días vemos en los telediarios nacionales el recuento de los daños, las más espectaculares balaceras, los levantones, las ejecuciones, generando un clima de relativa normalidad, pero resulta que lo que pasa en Tepic ni siquiera es noticia nacional a pesar de que la guerra que aquí se libra es de enorme intensidad. 79 ejecutados en lo que va del año, 22 de ellos tan solo en el mes de mayo, hablan de una ciudad y un estado altamente violento. Para hacer una comparación podemos mencionar que en Jalisco han sido ejecutadas 123 personas en lo que va del año, poco menos del doble de las ejecuciones que se han registrado en Nayarit, pero Jalisco tiene cuando menos cuatro veces más habitantes que Nayarit, por lo tanto es evidente que ya tenemos un grave problema de inseguridad. Pero las estadísticas son lo de menos, lo terriblemente grave es la impunidad con la que los sicarios se están matando en las calles de Tepic, lo cual no tendría nada de malo si en sus balaceras no dañaran gente inocente. Hay que decirlo, Tepic es tierra de nadie, casi para decretar un toque de queda para que a partir de las 9 de la noche ningún ciudadano pueda salir a las calles, para que los narcos puedan operar libremente sin afectar a terceros.
LAS RESPONSABILIDADES. Como lo establece la misma Constitución, la competencia en este tipo de conflictos es estrictamente federal. El gobierno estatal y el municipal no tienen nada qué hacer pues carecen de los recursos necesarios para hacer frente al problema. La ciudadanía puede hacer su parte, que consiste exclusivamente en denunciar cuando tenga información fidedigna que ayude a detener a los malhechores, pero de ahí en fuera no hay más que hacer. La intensidad con la que las balaceras se han desatado en los últimos días habla de que el conflicto está en su mayor apogeo y no hay nadie capaz de detenerlo, en primer lugar porque los que conocen el problema (gobierno estatal y municipal) no tienen capacidad para enfrentarlo; y en segundo lugar porque el gobierno federal ni siquiera ha puesto atención en lo que está ocurriendo en Tepic. Para el presidente Felipe Calderón el campo de batalla está en otros estados que le son más rentables electoralmente hablando, por eso Nayarit ni siquiera forma parte de la agenda en el tema de la seguridad nacional.
NADA QUE HACER. Es triste el escenario, pero es la realidad: nada se hará ante la barbarie desatada por los narcotraficantes en las calles de Tepic. Nadie. Pareciera que existe un acuerdo tácito para cederles el territorio principalmente por las noches, para que apliquen sus vendettas, para que sean los dueños de la calle. Tristemente, para el gobierno de Felipe Calderón Nayarit es sólo un estado donde se encuentra uno de sus centros penitenciarios de alta seguridad al cual se puede enviar cualquier tipo de escoria, sin importar el daño que eso pueda implicar para la sociedad nayarita. El enorme trabajo promocional que se hace en beneficio de Nayarit y su Riviera es a menudo opacado en la prensa nacional cuando se destaca el traslado de un reo federal al penal de El Rincón, donde lo mismo se encuentran políticos perseguidos como el famoso Greg Sánchez que peligrosos criminales acusados de narcotráfico. Como lo señalamos hace algunos meses, ante este panorama lo único que puede hacer el ciudadano común es no exponerse de manera innecesaria, no salir a la calle de noche, no frecuentar lugares públicos de dudosa reputación, no intimar con sujetos sospechosos y no circular por las zonas que han sido escenarios de balaceras. Es lo único que podemos hacer, además de rezar. Mientras pasa el huracán.

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