viernes, 17 de septiembre de 2010

Acaparan militares aplausos de regios


Fuente: El Norte
Cesar Cepeda y Daniel Reyes
Monterrey,  México (17 septiembre 2010).- El Ejército Mexicano cosechó ayer en el Desfile Militar del Bicentenario de la Independencia muestras de agradecimiento por parte de regiomontanos en cada punto por donde pasaron los contingentes castrenses por el Centro de la Ciudad.
"¡Vivan los soldados de Nuevo León!", les gritó un niño a la altura de Zaragoza y Matamoros.

En la calle Padre Mier, los asistentes se volcaron en vítores y aplausos hacia las tropas militares que desfilaban en sus vehículos oficiales.
"¡Bravo!", "¡no paren!", fueron algunas de las exclamaciones que expresaron los regiomontanos, quienes se desbordaron en su entusiasmo con los militares protagonistas del combate al crimen organizado en la Entidad.

Pero la frase que más se escuchó ayer durante la hora que se prolongó este desfile fue una: "¡Gracias!".

A lo largo de todo el recorrido fue la palabra que más escucharon los soldados, y no sólo en gritos sino incluso en pancartas que los asistentes exhibieron durante este acto.

"Gracias por cuidarnos", rezaba la cartelera que mostraba por encima de su cabeza Oralia Salazar, vecina de la Colonia La Fama, de Santa Catarina.

Los familiares de la mujer exhibían otras pancartas con diferentes leyendas, como "Oramos por Ustedes" y "Dios los Bendiga".

–¿Por qué las pancartas?, se le preguntó a la señora Oralia.

"Esto es para agradecerles a ellos lo que hacen por toda la gente. Estamos muy contentos con lo que hacen ellos".

Fue el desfile militar el acto que aprovecharon los regiomontanos para corresponder al personal del Ejército Mexicano su intervención en la lucha contra el crimen organizado: aplausos, vítores; pulgares y brazos levantados fue lo que observaron y escucharon en su recorrido los soldados.

René García, vecino de Escobedo, asistió al desfile acompañado de dos de sus nietos. Desde una jardinera de la Macroplaza observó el paso de las tropas que participaron en la histórica parada militar.

"Hay algunos prietitos en el arroz, pero es necesario. Hay que apoyarlos. Si no, ¿a dónde vamos a dar?", comentó el hombre.

"Es lo único que tenemos".

Lo más vistoso del desfile de ayer, encabezado por el Gobernador Rodrigo Medina, autoridades municipales y militares, fue la exhibición aérea por parte de aviones y helicópteros castrenses, además de la Policía Federal y Seguridad Pública del Estado, que provocó el asombro principalmente de los asistentes más pequeños.

La pintura de camuflaje que portaba la mayoría de los soldados para ocultar sus rostros también fue de las cosas que más llamaron la atención por parte de los presentes.

–¿Sabes por qué se ponen máscaras?, le preguntó un niño a su padre.

"Es para que los malitos no los conozcan", le contestó.

Los militares demostraron ayer que nunca bajan la guardia y que para cuidarse durante el desfile sólo confían en ellos mismos, pues a diferencia de otras ediciones del desfile, la de ayer la vigilancia de los contingentes estuvo a cargo principalmente de soldados ubicados a lo largo del recorrido.

Hubo incluso efectivos a pie y en vehículos acompañando el paso de sus compañeros que desfilaban en las calles.

"Estamos dando seguridad nosotros", contó un integrante de las Fuerzas Especiales.

"Los que desfilaron son los que andan en las camionetas y los que se están subiendo a los camiones. A nosotros nos tocó cuidarlos".

Después de una hora de recorrido, el desfile concluyó en el cruce de Padre Mier y la Avenida Juárez; sin embargo, las aglomeraciones por parte de los asistentes en torno a los militares continuaron para tratar de conseguir una fotografía junto a ellos, sus armas y sus vehículos.

"¿Les puedo tomar una foto, compadre?", le preguntó un joven a un soldado.

Los militares siempre se mostraron accesibles y posaron para las cámaras de los regiomontanos y hasta algunos de ellos tuvieron permiso para tocar los rifles de asalto.

El trato que brindaron los regiomontanos no fue igual para todas las corporaciones que participaron ayer en este desfile conmemorativo al Bicentenario.

Dos jóvenes se acercaron a un solitario agente de Tránsito asignado al crucero de Juan Ignacio Ramón y Escobedo.

–¿Una foto, oiga?–, le preguntaron al oficial de Tránsito, que inmediatamente aceptó.

"Sí, como no", contestó el oficial.

"No; con la moto nada más. ¿Me puedo subir?".

Hora de publicación: 00:00 hrs.

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